
La ruta de hoy está situada en el término municipal de Villaluenga del Rosario, pequeña población que se encuentra a camino entre Benaocaz y Grazalema y a las faldas de la Sierra del Caillo. Para acceder a ella tenemos dos opciones: llegar desde Ubrique en dirección a Grazalema, pasando por Benaocaz; o desde Grazalema y el Puerto de los Alamillos en dirección Ubrique. Si venimos desde Benaocaz entraremos lo que se conoce como "Manga de Villaluenga", un impresionante valle por el que discurre la carretera. Villaluenga es la localidad que se encuentra a mayor altitud de la provincia de Cádiz (872 m).
Los Llanos del Republicano son unas enormes explanadas "acomodadas" entre dos sierras: Sierra Peralto y Sierra de Líbar. Sorprende este lugar por resultar extraño su situación, rodeado de cotas que superan los 1.000 m de altitud y por la casi ausencia de árboles, que suelen aparecer en la periferia de los llanos. La ruta comienza en un antiguo hostal que hay en la carretera, justo al lado de una zona habilitada para aparcamiento de vehículos.
En general el sendero, es un paseo sin grandes dificultades, una subida al principio del mismo por un camino cementado, que quizás se puede hacer algo pesado si vas muy cargado, pero sin mayores contratiempos.
Por fín llegamos a los Llanos del Republicano. Preciosa panorámica con la sierra de Libar al fondo.
Llegamos al final del sendero, ya en el grupo de arboles y nos encontramos que en la zona han buscado refugio varias cabezas de ganado retinto con sus crías, la estampa es preciosa, pero mi gente dice que esos bichos tienen cuernos y no es por culpa de la vacas, así que tomamos medidas de precaución y no nos acercamos demasiado, "para no molestar", vamos ...
Una vez llegado a las rocas, estuvimos un poco despistados, buscando el camino a seguir. Así que decidimos descansar un poco y tratar de orientarnos, por fin dimos con un cartel que indicaba el Puerto del Correo a una hora y cuarto, pero como no nos fiamos mucho de estos carteles y todo era cuesta arriba por la piedras, tomamos la decisión de buscar un sitio abrigado para comer, que ya va siendo hora.
Desde la posición en donde estábamos, divisamos un grupo de encinas que se ve en la foto de abajo, y consideramos que era el lugar idóneo para nuestros propósitos, así que nos dirigimos hacia ellos.

Aquí podéis ver la imponente verticalidad de la Sierra del Libar desde los Llanos, parece surgida del suelo como por arte de magia, es de una belleza cautivadora.
Estuvimos viendo la posibilidad de subir un rato por el sendero que conduce al puerto del correo y a la Sima del Republicano, pero mirando el cielo nos dimos cuenta de que las nubes se acumulaban de forma peligrosa, y como hasta ahora habíamos tenido suerte con la lluvia, no quisimos arriesgarnos más y emprendimos el camino de regreso.

Como veis lo de las nubes no es guasa, llegaron a caer incluso algunas gotas de lluvia, el cielo se puso muy negro y nos temimos lo peor.

Así que emprendimos el regreso con este cielo amenazador que podéis ver abajo.

no sin antes dirigir una última mirada a la formidable muralla de rocas que habría hecho las delicias de cualquier "coloso" mitológico
Nuestra perrita-guia Rona, que no paró ni un momento en todo el día, se dirige a los rezagados y los achucha al interior del cercado, como si se trataran de un par de obejas díscolas. Es increible el instinto que tiene.


Como veis lo de las nubes no es guasa, llegaron a caer incluso algunas gotas de lluvia, el cielo se puso muy negro y nos temimos lo peor.
no sin antes dirigir una última mirada a la formidable muralla de rocas que habría hecho las delicias de cualquier "coloso" mitológico
Cuando llegamos al final de la llanura, ya emprendiendo la subida hacia el Puerto de la Viñas, el viento cambió y las nubes empezaron a levantar a una velocidad asombrosa, de forma que en unos minutos nos vimos bajo un sol espléndido. Este sendero no es viable en dias calurosos, so pena que te de un soponcio.