Aquí estamos una vez mas en un nuevo sendero, los intrépidos senderistas, (un año mas mayores ... que no mas viejos), en un sendero al que vamos por primera vez, un poco a la aventura sin saber que nos vamos a encontrar, pero dispuestos a lo que sea.
El sendero se inicia en la parte norte de la la localidad e Algodonales, esta muy bien indicado desde la misma iglesia del pueblo. a unos 400 mts. de la misma se inicia el sendero. E inmediatamente empieza a subir por la falda de la Sierra del Lijar, y se van viendo las primeras vistas del pueblo desde la altura.
Vamos como siempre acompañados de nuestra perrita-guia Rona, que la tenemos sujeta por el rebaño de cabras y ovejas que veis al fondo, ya que su instinto hace que las quiera "ordenar" a todas.
El sendero completo tiene mas de 10 km, la mitad de ellos todo cuesta arriba con un desnivel desde los 500 a los 1000 mts. En los 5 primeros km. se asciende mas de 500 mts. Es una subida penosa, que hay que tomarla con tranquilidad, con sus descansos y disfrutando del paisaje, del descenso ... ya hablaremos, hay quien lo lleva peor y otros no, depende del estado de las rodillas de cada uno.
El sendero no es precisamente una pista, es un autentico camino de cabras, nunca mejor dicho, con muchas piedras, hay que ir buscando el suelo los mas liso posible y un buen calzado de montaña.
Las vistas van compensando el esfuerzo, veis en la fotografía (Con Teleobjetivo de 200 mm) que se ven la iglesia de Algodonales y al fondo Zahara de la Sierra. Estamos ahora mismo a la misma altura que el Castillo de Zahara.
Vamos haciendo pequeños descansos, para reponer fuerzas, hasta que dimos con una parte del sendero con mejor suelo , poco antes de adentrarnos en un bosque de coníferas. Los pinos nos ofrecieron una sombra que se agradeció, ya veis a mi cuñada con mangas cortas en pleno Diciembre y en la Sierra.
Ya veis como cambia el terreno, el suelo es el propio de un bosque de pinos, con mucha menos vegetación en el suelo, debido a la escasez de sol. Ahora eso si, siempre cuesta arriba.
Son casi las 2 de la tarde y decidimos hacer un alto para comer, imprescindible reponer fuerzas para poder seguir, un buen bocata, a ser posible de jamón, algo de fruta y lo que se tercie ...
Después de comer y descansar una rato, continuamos con el ascenso, se han acabo los pinos y volvemos a pleno sol, el suelo ya veis un puro pedregal.
Los bastones son una ayuda fundamental para aminorar la carga de la subida. Aquí tenéis a las dos hermanas ... no hay quien pueda con ellas.
Siempre con la sonrisa en la cara a pesar del esfuerzo. Las vistas son preciosas, ellas están viendo en ese momento lo que se ve en la siguiente fotografía.
Se divisa perfectamente la sierra del pinar y hasta el pantano de Zahara. Las vistas son impresionantes.
Estamos practicamente en la cumbre y tras un breve descanso decimos dar la vuelta y regresar por el mismo camino. Mas o menos...
El descenso tiene migas, particularmente a mi me cuesta mas que la subida, paciencia y adelante. Mi mujer tiene mejores piernas que yo, eso es evidente.
Nos despedimos de estos precioso paisajes serrano, con ganas de volver lo mas pronto posible. Nos volvemos a acercar a Algodonales, punto de salida, muy satisfechos por el sendero.
Hasta el próximo.
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