Bueno pues aquí las tenéis desde el mirador del Puerto del Boyar, en esta ocasión nos acompañan por primera vez y, espero que no sea la última, mi otra cuñada Lola y la prima Tere, son dos preciosas "urbanitas" que no están acostumbradas a andar por el campo, vamos a ver como se portan. Ganas tienen y están deseando compartir la experiencia. .
Nuestra primera intención era pasear por el sendero del Salto del Cabrero, por su comodidad para andar y por su extraordinaria belleza, pero al llegar a la cancela de entrada nos encontramos con la desagradable sorpresa de que estaba CERRADO "por causas ajenas al parque natural", ooooooooo... que terrible decepción, con la ilusión que habíamos puesto a este paseo. He hablado con el Centro de Recepción de Visitante del Parque, y me han comentado, que el propietario de la finca a tomado la decisión de cerrar la entrada, al parecer por discrepancias con la alcaldia de Grazalema. La causa principal parece ser que se ha cansado de los abusos de algunos individuos, (no todos los senderistas somos responsables, por desgracia) un grupo de chavales llevaban dos perros ... en fin no quiero continuar por si alguien se molesta. Pero ciertamente no todo el mundo tiene la educación suficiente para salir al campo, y los demás pagamos las consecuencias. Reitero que no me he inventado nada, es el resumen de la conversión con el agente del Parque.
En fin pasado el primer momento de cabreo y tras algunas dudas, decidimos hacer el Camino de los Charcones, que nos llevaría hasta la localidad de Grazalema, es un pequeño paseo con unas vistas a las sierras del Pinar y del Endrinal preciosas. Y a nuestras invitadas que nunca habían estado en estos lugares de la sierra( andando) les daba igual. Al final acertamos, porque les ancantó, y por mas cosas ya vereis .... no adelanto acontecimientos.
Perfectamente, ... casi perfectamente pertrechadas comenzamos la andadura por el Camino de los Charcones.
Junto a los restos de una "calera" nos hacemos una foto para el recuerdo , las tres hermanas y la prima Tere, siempre han estado muy unidas desde pequeñas y el poder estar juntas les encanta y lo disfrutan.
Ya empiezan a alucinar con la belleza de los paisajes serranos.
Realmente no es para menos, aquí vemos la sierra del Pinar por su cara oeste.
El sendero en estos momentos pasa por un bosquecillo de pinos, cedros y algunas encinas, que dan una hermosa sombra, que se agradece.
Tere esta gozando con las vistas de las cumbres del Pinar, Marta y Lola parecen que han abierto la garrafa de vino de naranja .... pero no ... son imaginaciones mías.
Como veis nuestra perrita/guia Rona nos sigue acompañando, después de casi un a año sin andar por la sierra, le ha vuelto a cojer el gustillo. Y que están mirando los intrépidos senderistas, pues ...
Esta preciosa vista de la Sierra del Pinar, con unos impresionantes farallones rocosos en primer plano.
Mirando hacia el oeste, a la Sierra del Endrinal vemos un precioso bosquecillo de cedros, a los que ilumina el sol que acabe de sobrepasar las cumbres de la sierra, al fondo se ve ya la punta del Peñón Grande, que domina Grazalema.
Nos vamos acercando al puentecito que salva el incipiente río Guadalete que nace muy cerca de donde nos encontramos.
Esta preciosa vista de la Sierra del Pinar, con unos impresionantes farallones rocosos en primer plano.
Mi cuñado, siempre pendiente de su perrita, disfrutando del paseo. En un momento dado por el lado de la Sierra del Endrinal, aparecen como tres flechas dirigidas hacia sol tres aviones de combate, dejando una estela en el cielo que da fe de la altitud a la que vuelan. De donde vendrán ... mejor no saberlo.
Nos vamos acercando al puentecito que salva el incipiente río Guadalete que nace muy cerca de donde nos encontramos.
Aquí lo tenéis, y esta es la única fotografía en la que estamos los seis y la perrita Rona, no se me valla a olvidar. Casi estamos terminando el camino de ida, y no quiero tarminar esta primera parte del reportaje sin mencionar un hecho que marcó el día, sobro todo para alguna, y que sirvio de guasa para todo el personal.
A mitad de camino la prima Tere empezó a notar que la zapatillas deportivas que llevaba empezaban a despellerjarse (literalmente) y la suela se despegaba. Pero que pasa ... si son nuevas ... las estoy estrenado. Resulta que las había comprado hacia 4 o 5 años y no se las había puesto nunca, las pobres estaban viejas antes de estrenarlas. Así que hubo que hacer una reparación de emergencia para poder continuar.
Ya os podéis imaginar el cachondeo que se organizó con las dichosas zapatillas, ya fue motivo de guasas para todo el camino, aunque me imagino que a la que menos gracia le hacia era a la prima. Que se le va hacer cosas que pasan. Ya vereis como terminó.
Llegamos al alto que domina Grazalema, y con estas magnificas vistas dimos buena cuenta de las provisiones que llevábamos para comer.
Tras un breve descanso emprendemos el regreso por el mismo camino, esta vez cuesta arriba, ya veremos como llegamos.
A pesar de las dificultades nuestras invitadas no se quejan, solo disfrutan de unos paisajes tan preciosos que estos.
El monte del Pinar enmarcado entre pinos ya en el Puerto del Boyar, y a la derecha ya veis como termino el camino la prima Tere, con la suela del zapato en la mano y con la cara de estar maldiciendo todo lo que se menea.
y si miramos dirección a Grazalema se ven los picos del Reloj y del Simancon de la sierra del Endrinal, de donde venimos.
Desde el mirador divisamos el aparcamiento del puerto de las palomas y decimos adiós a este precioso día. Esperemos que nuestras invitadas no hallan quedado muy hartas de senderismo y quieran repetir en otra ocasión. Así lo espero. Hasta pronto amigos.